Festival del Pan de Anís en Concepción
La provincia de Concepción amaneció hoy con un aroma familiar, Ubicada a 22 Kms de la ciudad de Huancayo, sus habitantes poseen una centenaria y deliciosa tradición: la elaboración del “Pan de Anís”. Los hornos de ladrillo y barro han trabajado toda la noche preparando los diferentes productos que están siendo presentados en el “XX festival del Pan de Anís y VIII Festival del Pan Artesanal de Concepción”.
Su elaboración se remonta a la llegada de los monjes franciscanos del convento de Santa Rosa de Ocopa quienes amasaban un rudimentario pan de anís que con el correr de los años, se extendió a toda la provincia. El “pan de anís” se elaboraba en sus inicios con agua de anís y harina de trigo que se dejaba fermentar con el `concho´ de la chicha de jora y se cocinaba luego en los hornos de barro que le confieren ese olor, ese sabor, y esa textura tan particulares y notorias.
Una vez terminada la elaboración, los vendedores trasladaban dos canastas llenas de la olorosa mercancía, ofreciendo sus productos a “lomo de burro” a todas las regiones de concepción (se dice que algunos llegaban hasta Pucará). Los vendedores iban vestidos con terno y las mujeres de gala, con variaciones en las prendas de vestir a través de los años como distintos tipos de poncho o sombreros. Los burros llevaban las canastas repletas de Pan de Anís y de otras variedades y los vendedores montaban en sobre ellos en medio de las canastas; de ahí que a los pobladores de Concepción se les conozca con el pintoresco apelativo de “Montacanastas”.
“El Pan de Anís es bueno para el estómago, el corazón y también para el `susto´” – nos dice Marilyn Vásquez Barreto, quien al igual que sus antepasados se dedica a la elaboración del pan de anís y hoy conduce “La casita del pan de anís” en la plaza de armas de concepción y también en la “Casa del Artesano” en Huancayo. “Saborearlo es para mejorar la digestión, y para el susto, los creyentes cogen el pan y lo pasan por el cuerpo del enfermo”. Nos refiere.
En Concepción, alrededor de 50 familias se dedican por entero a la elaboración de los diversos tipos de panes artesanales como el Tacca, el Revolcado, el llapsa, el pan bendito o “Cusai”, el “Bollo” que los ayudantes hacían con la masa que le daban en forma de pago y el “Caporal” que era el pan que se entregaba en agradecimiento a los horneros, entre otros. Los elaboradores de Pan de Anís han tenido el privilegio de ser reconocidos en Lima en la Feria Gastronómica “Mistura 2009”. Este año como parte de la Red de Productores de pan integral de Concepción presentarán el “Pan de Alcachofa”.
“Nuestro horno – nos dice Marilyn Vásquez- fue levantado en 1943 y desde entonces 4 generaciones de mi familia han elaborado pan de anís y diversas variedades artesanales”. Su hija Maribel nos atiende sonrientes en su stand de la Plaza de Armas de Concepción, ella sabe que debe seguir con la tradición de llevar esta exquisita delicia en forma de pan a los exigentes paladares de todo el Valle.
La provincia de Concepción amaneció hoy con un aroma familiar, Ubicada a 22 Kms de la ciudad de Huancayo, sus habitantes poseen una centenaria y deliciosa tradición: la elaboración del “Pan de Anís”. Los hornos de ladrillo y barro han trabajado toda la noche preparando los diferentes productos que están siendo presentados en el “XX festival del Pan de Anís y VIII Festival del Pan Artesanal de Concepción”.
Su elaboración se remonta a la llegada de los monjes franciscanos del convento de Santa Rosa de Ocopa quienes amasaban un rudimentario pan de anís que con el correr de los años, se extendió a toda la provincia. El “pan de anís” se elaboraba en sus inicios con agua de anís y harina de trigo que se dejaba fermentar con el `concho´ de la chicha de jora y se cocinaba luego en los hornos de barro que le confieren ese olor, ese sabor, y esa textura tan particulares y notorias.
Una vez terminada la elaboración, los vendedores trasladaban dos canastas llenas de la olorosa mercancía, ofreciendo sus productos a “lomo de burro” a todas las regiones de concepción (se dice que algunos llegaban hasta Pucará). Los vendedores iban vestidos con terno y las mujeres de gala, con variaciones en las prendas de vestir a través de los años como distintos tipos de poncho o sombreros. Los burros llevaban las canastas repletas de Pan de Anís y de otras variedades y los vendedores montaban en sobre ellos en medio de las canastas; de ahí que a los pobladores de Concepción se les conozca con el pintoresco apelativo de “Montacanastas”.
“El Pan de Anís es bueno para el estómago, el corazón y también para el `susto´” – nos dice Marilyn Vásquez Barreto, quien al igual que sus antepasados se dedica a la elaboración del pan de anís y hoy conduce “La casita del pan de anís” en la plaza de armas de concepción y también en la “Casa del Artesano” en Huancayo. “Saborearlo es para mejorar la digestión, y para el susto, los creyentes cogen el pan y lo pasan por el cuerpo del enfermo”. Nos refiere.
En Concepción, alrededor de 50 familias se dedican por entero a la elaboración de los diversos tipos de panes artesanales como el Tacca, el Revolcado, el llapsa, el pan bendito o “Cusai”, el “Bollo” que los ayudantes hacían con la masa que le daban en forma de pago y el “Caporal” que era el pan que se entregaba en agradecimiento a los horneros, entre otros. Los elaboradores de Pan de Anís han tenido el privilegio de ser reconocidos en Lima en la Feria Gastronómica “Mistura 2009”. Este año como parte de la Red de Productores de pan integral de Concepción presentarán el “Pan de Alcachofa”.
“Nuestro horno – nos dice Marilyn Vásquez- fue levantado en 1943 y desde entonces 4 generaciones de mi familia han elaborado pan de anís y diversas variedades artesanales”. Su hija Maribel nos atiende sonrientes en su stand de la Plaza de Armas de Concepción, ella sabe que debe seguir con la tradición de llevar esta exquisita delicia en forma de pan a los exigentes paladares de todo el Valle.
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