Según expertos.
Muchas de las tragedias que ocurren dentro de las instituciones educativas pueden llegar a evitarse gracias a una mejor capacitación y control por parte de los docentes e instituciones públicas.
Así declararon a nuestro medio varios profesionales de la educación, entre psicólogos y profesores, quienes denuncian en parte la desidia de sus colegas para intervenir en el aspecto emocional de sus alumnos, y la presión de los medios, de la sociedad y del mismo sistema educativo que resta importancia a la `salud mental´ de los niños y jóvenes en etapa de formación.
Todo esto conlleva a una pérdida de valores, de respeto a la persona y a las autoridades, y de una conducta irresponsable por parte de los educandos que no toman conciencia real de sus actos ni de sus consecuencias. Aseguraron los entrevistados en relación a la tragedia que se suscitó el día jueves 24 de junio en la institución particular “PAMER” donde un alumno quitó la vida a su compañero de aula al `jugar´ con un revolver.
Vivimos en una época violenta y de desinformación en la que los videojuegos y el internet por un lado nos separan de la realidad, de la monotonía y de las responsabilidades adultas. También muchos medios de comunicación no tienen cuidado de sus contenidos y marcan patrones de comportamiento muchas veces errados; eso unido a la presión académica en la que los estudiantes compiten, se estresan o se frustran, agravado por la ausencia de respaldo familiar y de orientación personal en el centro de estudios, conduce a muchos de ellos al bullying, al pandillaje, al suicidio o diversos tipos de conductas ilícitas.
Los profesionales de la educación no deben descuidar el aspecto emocional, la atención a los problemas familiares y sociales del menor que permanece fuera de su casa casi todo el día, en el colegio o detrás de una pantalla. En el inocente `juego´ ocurrido en el colegio “PAMER” no hay botón de reinicio, no hay más vidas de repuesto, todos han `perdido el juego´.
Así declararon a nuestro medio varios profesionales de la educación, entre psicólogos y profesores, quienes denuncian en parte la desidia de sus colegas para intervenir en el aspecto emocional de sus alumnos, y la presión de los medios, de la sociedad y del mismo sistema educativo que resta importancia a la `salud mental´ de los niños y jóvenes en etapa de formación.
Todo esto conlleva a una pérdida de valores, de respeto a la persona y a las autoridades, y de una conducta irresponsable por parte de los educandos que no toman conciencia real de sus actos ni de sus consecuencias. Aseguraron los entrevistados en relación a la tragedia que se suscitó el día jueves 24 de junio en la institución particular “PAMER” donde un alumno quitó la vida a su compañero de aula al `jugar´ con un revolver.
Vivimos en una época violenta y de desinformación en la que los videojuegos y el internet por un lado nos separan de la realidad, de la monotonía y de las responsabilidades adultas. También muchos medios de comunicación no tienen cuidado de sus contenidos y marcan patrones de comportamiento muchas veces errados; eso unido a la presión académica en la que los estudiantes compiten, se estresan o se frustran, agravado por la ausencia de respaldo familiar y de orientación personal en el centro de estudios, conduce a muchos de ellos al bullying, al pandillaje, al suicidio o diversos tipos de conductas ilícitas.
Los profesionales de la educación no deben descuidar el aspecto emocional, la atención a los problemas familiares y sociales del menor que permanece fuera de su casa casi todo el día, en el colegio o detrás de una pantalla. En el inocente `juego´ ocurrido en el colegio “PAMER” no hay botón de reinicio, no hay más vidas de repuesto, todos han `perdido el juego´.
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